Una bebida que favorece la tensión arterial y la salud vascular
El kéfir no es sólo un producto lácteo fermentado, sino un auténtico “mediador” entre el cerebro y el intestino. Tras nueve semanas de consumo regular de kéfir, los estudios han demostrado una mejora de la función intestinal, una reducción de la inflamación y una disminución de la presión arterial.
El kéfir ayuda a restablecer el equilibrio de la microflora, reduce las endotoxinas y estimula la producción de importantes neurotransmisores. Además, contribuye a reducir el colesterol y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
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